Dios,
maldito cabrón. ¿Cómo pudiste hacerle a ella algo así? ¿Cómo
pudiste crear algo tan suave, inocente y hermoso para después
destruirlo? ¿Cómo pudiste hacer algo así? ¿Cómo pudiste hacerla
sufrir de ese modo? Cabronazo.
Todo
aspirante a escritor sabe que sus historias nacen de lo más profundo
de su alma, aunque él ignore lo que ocurra allí o sea demasiado consciente de ello. Algunas almas aspiran al amor, otras a alcanzar a
comprender la espiritualidad y a Dan Brown a escribir otro best seller mientras se ríe de historiadores horrorizados. Muchas veces
la vida de un escritor está reflejada en las páginas de papel que deja tras de sí. Su
miedo, su odio, cada alegría y éxito de su vida y por supuesto, y confeso como lector que es lo más atrayente y morboso, cada
desgracia que le atormenta. Este comic trata sobre un hombre que conoció a la desgracia de primera mano.
James
O'Barr creía haber alcanzado la felicidad tras una infancia difícil
en un orfanato junto a su novia, pero el destino, ciego e
inmisericorde, la cruzó con un conductor borracho que se le olvido frenar a tiempo. Totalmente
desvastado, no pudo olvidar los bellos momentos, ahora sumergidos en
un pozo de agua ponzoñosa por la desdicha, y se derrumbó. Se alistó en el ejército
y acuartelado en Berlin pudo empezar a superarlo gracias a los dibujos
de un personaje igualmente atormentado por la pena que decide
vengarse del asesinato de su novia.
Este
justiciero atormentado no puede morir, ya lo está, y tiene una
fuerza, agilidad y destreza superior a los simples mortales. Pero lo
realmente fascinante de esta figura es como va evolucionando. Empieza
como un ser oscuro y enigmático que pronuncia frases confusas y deprimentes aunque no exentas de poesía. Pero la paz nos llega a todos, aunque duela alcanzarla, y acompañado de un cuervo va soltando todo el dolor acumulado hasta llegar al final del camino.
El dibujo
es en blanco y negro, lo que refuerza la estética gótica que
comparten el protagonista y la ciudad, que podría ser la Detroit
actual perfectamente. Los rasgos de los personajes están a juego y
enfatizan la inquietud que va envolviendo al lector, que se encuentra
sumergido en monólogos sin sentido aparente o conversaciones con
macarras totalmente aterrados tras ver como un ser pálido les
devuelve el cuchillo que habían clavado antes en sus costillas.
Pero no es solo terror lo que se trasmite, sino también hay espacios para la ternura, reducida a los recuerdos del personaje y a al final. Es posible sentir empatía por este ser que parece venido del infierno, como él
mismo dice: “Esta noche el infierno envía a un ángel
cargado de regalos”, al
comprender su terrible tragedia.
Como
pero, por decir alguno, diría que hay parte demasiado farragosas,
muy confusas y conceptuales, especialmente al principio. Ni
siquiera el conocer la trama te ayuda en demasía con ciertos
pasajes. También resaltaría la falta de un villano principal, más
allá de una panda de asesinos de poca monta, esa panda de hijos de
puta con los que te encuentras en ocasiones, demasiadas, en tu
camino.
Recomiendo
encarecidamente su lectura. Si a alguien le gusto la película
protagonizada por Brandon Lee, le aconsejo que se agarre porque se va
a encontrar a algo heavy de verdad, y eso que la cinta es una buena
adaptación.
Lo
mejor: Tragedia cruda.
Lo
peor: Pasajes muy
confusos.
Nota:
8'75
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