"Su presente es solo una distorsión de lo que fue su pasado."
Esta no va a ser una reseña al
uso. No demasiado, al menos. Enmarcado en el concurso que el autor convocó para
promocionar el libro (hoy es el último día para participar… aún estáis a
tiempo), realizaré una breve reseña de los cuatro capítulos que él pedía, ya
que no me ha dado tiempo a leerme el libro al completo. Lo haré a no mucho
tardar, sin embargo, y lo reseñaré de forma más extensa cuando eso ocurra.
Vamos, entonces, con el autor.
Magnus Dagon es el pseudónimo (podría revelar su nombre real, pero Magnus Dagon
queda mucho más épico) de uno de los mejores escritores de ciencia ficción y
terror, entre otros géneros, que haya tenido el gusto de conocer. En su haber,
un sinfín de relatos publicados (muchos de ellos en NGC y Axxón) y varias
novelas, como El informe Cronocorp, Los siete secretos del mundo olvidado, Los Caídos o la que os traigo hoy.
Además, es un ejemplo de altruismo a la hora de difundir sus textos (Los Caídos, por ejemplo, podéis
encontrarla íntegra y gratuita en la red), y ha sido galardonado con premios
tan prestigiosos como el UPC (en 2006) o el Ignotus (en 2008).
El mundo que se nos presenta es
el mismo que encontramos en Los Caídos,
donde de hecho ya aparecieron los músicos, The Jammers en varios capítulos.
Todo es una apuesta de Magnus por crear un universo ficticio, el “Tecnoverso”,
donde se van entrecruzando las historias de sus novelas, y donde incluso otros
autores participan desarrollando personajes (como Raelana Dsagan con Perséfone)
al más puro estilo del universo de los cómics de DC o Marvel.
De hecho, esa influencia del
cómic es algo que se nota desde la primera página, y que Magnus quiere dejar
bien claro. En el fondo, lo que estamos leyendo no es sino una saga de cómics
sin viñetas, pero que podría funcionar perfectamente como cualquiera de las
grandes obras de Stan Lee o Alan Moore. Hay una dicotomía entre la narrativa de
ciencia ficción más depurada, donde se intenta explicar y hacer factible lo que
vemos; y el universo de los cómics, más centrado en contar una historia en la
que no importa mucho lo que ha ocurrido. Eso lleva, por ejemplo, a la
explicación forzada de ciertas situaciones (como la adquisición de poderes de
The Jammers), pero que precisamente por ello goza de un encanto increíble y
nostálgico.
Lo más destacable, por otra
parte, es el desarrollo de los personajes. Si en Los Caídos (las comparaciones con su antecesor son inevitables) nos
enfrentábamos a personajes diferentes que intentaban presentarse en sociedad
con un mismo rostro, aquí tenemos a un grupo heterogéneo que quiere dar cuenta
de sus diferencias desde el primer instante, y que las explota para alcanzar su
máximo potencial. Cada uno de los miembros del grupo está lleno de matices
(especialmente en el caso de Echo, la narradora y teclista; y Distorsión, el
cantante del grupo), y sus propias diferencias les sirven para construir sus
estrategias dentro y fuera del escenario. Los personajes nunca tienen una
moralidad clara y definida, de blanco o negro, y ese es el mayor acierto de las
obras de Magnus: como hizo Nolan con Batman, él es capaz de ver el lado oscuro
que tiene todo héroe, de sacar a relucir el pasado tenebroso, y de crear
personajes con una complejidad sin parangón.
Aunque quizás me he precipitado
al hablar de “lo más destacable”, porque también las descripciones son una
gozada. En ese sentido, si antes le comparábamos con el Batman de Nolan a la
hora de crear personajes, ahora habría que hacerlo con el Batman de Burton,
cuando crea escenarios. La minuciosidad de detalles y lo envolvente de sus
descripciones logran configurar ambientes que no son un simple decorado para la
escena, sino que la desarrollan y configuran en ella a los personajes. Igual
que había sucedido en Los Caídos con
Ernépolis-I (uno de los mejores escenarios ideados por un escritor de sci-fi con
que jamás me haya topado, os lo aseguro), aquí se nos presentan lugares
fundamentales para reflejar a los personajes, como el Acorde Cósmico o Éxodo-2
(la descripción de la nave en el capítulo 14 es simplemente fabulosa).
Por otra parte, uno de los
mayores aciertos del libro (no lo mejor para mi gusto, pero sí un gran acierto)
es el hecho de que las canciones mentadas y compuestas por The Jammers existen
de verdad, y están interpretadas por Balamb Garden, el grupo del que Magnus es
vocalista. A lo largo de las páginas hay varias referencias que llevan al final
del libro, donde podemos encontrar los enlaces para escuchar los temas en el
sitio web del grupo. Es algo que siempre funciona bien, porque te permite
ponerle banda sonora al libro (algo parecido, pero más literal incluso,
hicieron Javier y José Negrete en Los
héroes de Kalanúm, donde te encontrabas enlaces hacia los temas
instrumentales que José componía para ciertos pasajes del libro), y que si a mí
no es lo que más me gusta se debe simplemente a que los añadidos a la lectura
siempre los cojo con pinzas. Eso incluye también las magníficas ilustraciones
de los capítulos (que encontramos solo de forma online); en cualquier caso,
ambas iniciativas son geniales a la hora de amenizar la lectura y crear el
universo del libro, y si no las doy el 10 es únicamente por “prejuicios”
personales, no porque no lo merezcan (que lo merecen por sí mismas y por el
esfuerzo que se les ha dedicado).
No todo son cosas buenas, sin
embargo. Hay detalles que me hacen chirriar la lectura de los capítulos. En
primer lugar, el hecho de que se trate de una novela que comenzó a salir de
forma online, por capítulos, hace que en los primeros haya un breve resumen de
lo que ha pasado en capítulos anteriores; eso, importante cuando se trata de
una lectura por fascículos (e importante por tanto en la concepción original),
se hace innecesario en el libro publicado, donde se supone lo lees todo del
tirón (poca gente hay que se lea un capítulo y deje pasar una semana hasta el
siguiente). Eso hace un poco lenta la lectura, al igual que las constantes
referencias que hace Magnus a los grupos de música que influencian a The
Jammers. Comprendo perfectamente lo que le motiva a hacerlo (es más, yo mismo
meto referencias similares en una de mis novelas de ciencia ficción), y es algo
que en el cine o en el cómic funcionaría genial; en la novela, sin embargo,
mencionar en varias ocasiones que alguien lleva una gorra de Balamb Garden, o
que es fan de Depeche Mode, es algo que distrae al lector y lo saca un poco de
ese mundo futurista que se nos ha creado (no ocurre lo mismo, sin embargo, con
las referencias a tecnología “obsoleta” que actualmente está a la orden del
día, y que suponen un soplo de aire fresco al dar una referencia conocida y con
cierto tono de burla en un mundo por lo demás inhóspito para nosotros).
Por otra parte, no termina de convencerme
el estilo, el pulido final, del texto. Magnus es un escritor magnífico, con una
imaginación desbordante, pero con un estilo que a veces me chirría un tanto, y
me parece poco trabajado. Hay expresiones demasiado enrevesadas, cosas que se
explican a pesar de ser innecesaria esa digresión… El estilo de narrador en
primera persona de la historia acentúa un poco esa impresión, de la que resulta
muy difícil librarse. Eso, unido a un maquetado mejorable (aunque aquí se
perdona por completo, porque si os contara los líos de edición que tiene el
pobre os echaríais a llorar) se convierte en el punto más flojo de la novela.
Como último apunte, hay que
reconocerle a Magnus un detalle que me parece soberbio. A todos aquellos que
apoyaron (bueno… apoyamos, mejor dicho, me enorgullece decir que puse mi minúsculo
granito de arena para que esta maravilla viera la luz) la publicación del
libro, se les dio la posibilidad de aparecer ellos mismos o un ser querido en la
historia, en cameos que sin duda nos sacan una sonrisa a quienes los
protagonizamos (o a quienes conocemos a sus protagonistas). Es un detalle muy
sencillo, pero que sin duda cumple el sueño de muchos, y que por ello no
podemos dejar de agradecerle.
No mucho más me queda que decir,
salvo que merece muchísimo la pena leerlo. "Si tienes interés en leer
gratuitamente los capítulos online o comprar el libro en papel, puedes hacerlo
en esta dirección.
Allez-y, mes ami!
Buenas tardes, y buena suerte.
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LO MEJOR: la construcción de los
personajes (y sus matices) y los ambientes, y cómo se interrelacionan entre sí.
La fusión entre cómic y sci-fi. La cercanía del autor al lector (que se nota).
Y la imaginación desbordante que derrocha el libro.
LO PEOR: la maquetación, aunque
tiene excusa, me resulta un tanto pobre para un libro tan extenso. Ciertas
referencias distraen de la lectura, y el estilo no es mi favorito.
VALORACIÓN: como aún no he terminado
de leerlo no pondré nota, aunque va camino del 8,5, y de gustarme más que Los Caídos (aunque no creo que me
encandile tanto como Los siete secretos
del mundo olvidado, que para mí significó muchísimo, por las circunstancias
en que lo leí).
Menos mal que solo has leído cuatro capítulos xDD ¡Qué análisis! Estoy deseando leer tu opinión de la novela completa. (Por cierto, yo también odio los resúmenes del principio, creo que le cogí manía a Echo solo por ellos xDD).
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