lunes, 12 de noviembre de 2012

Federico García Lorca - La zapatera prodigiosa (1930)




“¡Qué mala sombra! Esto es dejar a la una con la miel en los labios”


Ya hace 85 años del feliz año literario de 1927, que dio nombre a una de las grandes generaciones de escritores españoles. Esta generación formada por jóvenes estudiantes, significó una importante renovación literaria, siendo constante la experimentación y la introducción en España de las vanguardias y las innovaciones europeas.


Dentro de una gran nomina de artistas de las palabras, Federico García Lorca es el más mediático. Su superlativo su compromiso político y social y por su final trágico. Ese cuerpo que ha desaparecido en una de las muchas fosas comunes. Pero antes nos dejo como legado obras magistrales en verso como El romancero gitano, el Poema del cante jondo, u obras de teatro como Yerma o La casa de Bernarda Alba.



La zapatera prodigiosa es una obra teatral trata de la infelicidad en una mujer joven, casada con un zapatero bastante mayor que ella. Insatisfecha, se refugia en la fantasía, imaginándose el cortejo de varios mozos, mientras hace la vida imposible a su marido, que finalmente huye. Ahí es donde la zapatera ve la realidad, áspera y yerma, rodeada de babosos como el alcalde del pueblo, empezando a añorar al recuerdo de su zapatero.


En la obra se experimenta con el cruce de la farsa y la tragedia. Porque a pesar de ser una obra cómica, tanto en el tono y el ambiente, el tema es más propio de la tragedia, así como la estructura. Las chanzas entre la pareja y los chascarrillos de las vecinas y beatas ocultan el verdadero sentido de la obra, que es el conflicto entre fantasía y realidad.


El estilo es perfecto. Un conocimiento profundo del uso del texto, otorgándole al texto belleza, y ese toque popular y andaluz que buscaba. Sin embargo, en ocasiones el experimento no funciona, y la farsa vence al drama, que pasa desapercibido. Y aunque es un libro muy agradecido de leer, no es una comedia desternillante, ni quiere serlo.


Los personajes son simples, como la trama, y bastante planos. Es una obra destinada para el público popular, alejado de la burguesía. No se complica con monólogos ni conversaciones filosóficas.


El final, tiene su tinte original en la aparición del titiritero, pero por lo demás, es bastante previsible. Ni siquiera hay una moraleja o una conclusión que nos haga reflexionar sobre la obra.


Lo mejor: La belleza del texto, que hace fácil la lectura.

Lo peor: El dramatismo es devorado por la farsa.

Valoración: 7’3. Muy buen libro bastante recomendable de gran estilo que falla en el contenido.

2 comentarios:

  1. La verdad es que no lo he leído, y eso que adoro al Feder (llevo tiempo queriendo hacer crítica del Romancero calorro), pero habré de hacerlo. Y lo mismo con La casa de Bernarda Alba. Porque Yerma es, junto con Luces de Bohemia, una de las obras más perfectas del teatro español, para mi gusto.

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  2. El teatro en España ha sido un genero que ha deslumbrado. Lope, Calderón, Tirso de Molina, Zorrilla, Valle-Inclán, Lorca...
    Es indiscutible que las dos son de las mejores, aunque la competencia es enorme.

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