lunes, 30 de marzo de 2015

Terry Pratchett – Soul Music (1994)



 “Esta es una historia sobre la memoria…”

Hace pocas semanas, el pasado 12 de marzo, fallecía Terry Pratchett, uno de los mejores (para mí el mejor que quedaba vivo) autores de la historia de la narrativa fantástica. Terry llevaba desde 2007 batallando con lo que él decía era una versión “muy rara” de Alzheimer que, con todo, no le apartó de la escritura: de hecho, desde que hizo público el anuncio han visto la luz cerca de 15 obras suyas (algunas propias, otras co-escritas, y un par terminadas y pendientes de publicación). Teniendo en cuenta que han pasado 8 años… no está mal.

La muerte de Terry nos dejó un poco hechos polvo, dado el cariño que le profesábamos en este blog (estoy releyendo una de mis últimas reseñas, sobre Gaiman, donde recordaba mi sueño ya imposible de tener el ejemplar de Buenos presagios firmado por ambos). Joseca y yo vimos la necesidad de hacer algo especial en su honor, y entre que preparamos alguna sorpresa más interesante, he creído correcto dedicarle una reseña a una obra del Mundodisco escogida al azar y que no hubiera leído hasta ahora.

La agraciada fue Soul Music, decimosexta novela de la serie y tercera centrada en el personaje de Muerte, después de Mort (que ya reseñé) y El segador. Por motivos que vienen a ser los habituales, Muerte de nuevo abandona su puesto acercándose a su curiosidad por lo humano, y el muerto (literalmente) de su cargo recae en Susan Sto Helit, su nieta. Y… pues eso, a partir de ahí, cosas.


El arco de Muerte, como es habitual, está muy bien trazado, y protagoniza alguno de los momentos más lapidarios y memorables de la trama. Sin embargo, el verdadero núcleo de la novela está esta vez en el segundo arco entrelazado: por algún motivo, como sucediera con el cine en Imágenes en acción (con la que guarda muchísimos puntos en común, tantos que a punto estuve de hacer una crítica conjunta), la música rock se ha filtrado a lo bestia en el Mundodisco, poseyendo a un joven y su banda y liando muchísimo las cosas para desgracia de los magos.

Es ahí donde está, como digo, el intríngulis de toda la cuestión. Terry siempre tuvo una enorme maestría para plantear lo cotidiano en su versión en el Mundodisco, y en estas historias lleva esa capacidad al extremo. Las referencias son magníficas y tan abundantes que a veces cuesta no perderlas: por supuesto, la Música con Rocas Dentro y todo lo que la rodea (festivales, managers, merchandising…) son objeto de sátira, pero más interesantes incluso son los personajes: tan pronto aparecen referencias a Led Zeppelin como a Buddy Holly, Jerry Lee Lewis, el punk setentero o Bruce Springsteen.

Y todo con esa capacidad para crear personajes memorables y entrañables, con los que el lector se queda desde el primer minuto: algunos por nuevos (Odro, Buddy o Cliff), y los viejos porque te permiten verles nuevas aristas (Muerte, Ponder Stibbons, Ridcully, Y.V.A.L.R. Escurridizo…). El desarrollo de la trama con ellos es una delicia, y el final, como suele ser habitual (y tópico ya, de hecho), una apoteosis exageradísima pero muy bien llevada.

El sentido del humor sobra mencionarlo. El principal aliciente para leer a Terry está aquí tan vivo como la música que acecha en cada rincón del multiverso.

En general, una novela magnífica, memorable, bien desarrollada y… bueno, como gran parte del Mundodisco: guarda elementos en común con todas las demás, pero tiene una personalidad propia y única que, en este caso, la ha convertido en una de mis favoritas.

Allez-y, mes ami!

Buenos días, y buena suerte.

P.D: leer una novela al azar de una persona que falleció luchando contra el Alzheimer y que la primera frase conque empieza la novela sea “esta es una historia sobre la memoria” es muy duro, y un tanto irónico. Pero a Terry siempre le gustó el humor negro, así que no veo manera más apropiada que esa de homenajearle.

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¿Tengo que leer esto?: tienes que leer algo del Mundodisco. No recomiendo empezar por aquí, claro. Recomiendo empezar por El color de la magia, y luego ya si se quiere seguir el orden o leer la serie por sagas de personajes (Rincewind, Muerte…).

Si tuviera que quedarme con un momento: todo el final es magnífico pero si hay un momento concreto que me pareció delicioso fue el guiño al famoso logo de HMV, con el perro y el gramófono. Fantástico, y a muchos niveles.

¿Dónde debería leer esto?: la Universidad Invisible daría mucho juego, pero si no, bastará cualquier sitio que tenga Música con Rocas Dentro.

Me ha gustado, ¿dónde hay más?: como digo, tienes todo el Mundodisco que explorar. Gaiman también le debe a Pratchett cierta candidez y forma en la prosa. Y saltando del plano fantástico al de la sci-fi, Douglas Adams es una buena opción.

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