“Esta es una historia sobre la memoria…”
Hace
pocas semanas, el pasado 12 de marzo, fallecía Terry Pratchett, uno de los
mejores (para mí el mejor que quedaba vivo) autores de la historia de la
narrativa fantástica. Terry llevaba desde 2007 batallando con lo que él decía
era una versión “muy rara” de Alzheimer que, con todo, no le apartó de la
escritura: de hecho, desde que hizo público el anuncio han visto la luz cerca
de 15 obras suyas (algunas propias, otras co-escritas, y un par terminadas y
pendientes de publicación). Teniendo en cuenta que han pasado 8 años… no está
mal.
La
muerte de Terry nos dejó un poco hechos polvo, dado el cariño que le
profesábamos en este blog (estoy releyendo una de mis últimas reseñas, sobre
Gaiman, donde recordaba mi sueño ya imposible de tener el ejemplar de Buenos presagios firmado por ambos). Joseca
y yo vimos la necesidad de hacer algo especial en su honor, y entre que
preparamos alguna sorpresa más interesante, he creído correcto dedicarle una
reseña a una obra del Mundodisco escogida al azar y que no hubiera leído hasta
ahora.
La
agraciada fue Soul Music, decimosexta
novela de la serie y tercera centrada en el personaje de Muerte, después de Mort (que ya reseñé) y El segador. Por motivos que vienen a ser
los habituales, Muerte de nuevo abandona su puesto acercándose a su curiosidad
por lo humano, y el muerto (literalmente) de su cargo recae en Susan Sto Helit,
su nieta. Y… pues eso, a partir de ahí, cosas.
El
arco de Muerte, como es habitual, está muy bien trazado, y protagoniza alguno
de los momentos más lapidarios y memorables de la trama. Sin embargo, el
verdadero núcleo de la novela está esta vez en el segundo arco entrelazado: por
algún motivo, como sucediera con el cine en Imágenes
en acción (con la que guarda muchísimos puntos en común, tantos que a punto
estuve de hacer una crítica conjunta), la música rock se ha filtrado a lo
bestia en el Mundodisco, poseyendo a un joven y su banda y liando muchísimo las
cosas para desgracia de los magos.
Es
ahí donde está, como digo, el intríngulis de toda la cuestión. Terry siempre
tuvo una enorme maestría para plantear lo cotidiano en su versión en el
Mundodisco, y en estas historias lleva esa capacidad al extremo. Las
referencias son magníficas y tan abundantes que a veces cuesta no perderlas:
por supuesto, la Música con Rocas Dentro y todo lo que la rodea (festivales, managers,
merchandising…) son objeto de sátira, pero más interesantes incluso son los
personajes: tan pronto aparecen referencias a Led Zeppelin como a Buddy Holly,
Jerry Lee Lewis, el punk setentero o Bruce Springsteen.
Y
todo con esa capacidad para crear personajes memorables y entrañables, con los
que el lector se queda desde el primer minuto: algunos por nuevos (Odro, Buddy
o Cliff), y los viejos porque te permiten verles nuevas aristas (Muerte, Ponder
Stibbons, Ridcully, Y.V.A.L.R. Escurridizo…). El desarrollo de la trama con
ellos es una delicia, y el final, como suele ser habitual (y tópico ya, de
hecho), una apoteosis exageradísima pero muy bien llevada.
El
sentido del humor sobra mencionarlo. El principal aliciente para leer a Terry
está aquí tan vivo como la música que acecha en cada rincón del multiverso.
En
general, una novela magnífica, memorable, bien desarrollada y… bueno, como gran
parte del Mundodisco: guarda elementos en común con todas las demás, pero tiene
una personalidad propia y única que, en este caso, la ha convertido en una de
mis favoritas.
Allez-y,
mes ami!
Buenos
días, y buena suerte.
P.D:
leer una novela al azar de una persona que falleció luchando contra el
Alzheimer y que la primera frase conque empieza la novela sea “esta es una
historia sobre la memoria” es muy duro, y un tanto irónico. Pero a Terry
siempre le gustó el humor negro, así que no veo manera más apropiada que esa de
homenajearle.
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¿Tengo que leer esto?: tienes que leer algo del
Mundodisco. No recomiendo empezar por aquí, claro. Recomiendo empezar por El color de la magia, y luego ya si se
quiere seguir el orden o leer la serie por sagas de personajes (Rincewind,
Muerte…).
Si tuviera que quedarme
con un momento: todo
el final es magnífico pero si hay un momento concreto que me pareció delicioso
fue el guiño al famoso logo de HMV, con el perro y el gramófono. Fantástico, y
a muchos niveles.
¿Dónde debería leer
esto?: la
Universidad Invisible daría mucho juego, pero si no, bastará cualquier sitio
que tenga Música con Rocas Dentro.
Me ha gustado, ¿dónde
hay más?: como
digo, tienes todo el Mundodisco que explorar. Gaiman también le debe a
Pratchett cierta candidez y forma en la prosa. Y saltando del plano fantástico
al de la sci-fi, Douglas Adams es una buena opción.
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