Nosotros
dos nunca nos sentíamos solos, y nunca teníamos miedo estando
juntos.
La
I Guerra Mundial fue un shock tremendo. Una generación totalmente
destrozada por un conflicto terrible y cruento que ni siquiera
consiguió terminar con las hostilidades de forma permanente, ya que en
1939 Europa volvió a ser sumergida en la barbarie. La literatura
reflejó a la perfección el horror de las trincheras con obras icónicas como Sin Novedad en el Frente de Erich Remarque o Adiós a las Armas de
Ernest Hemingway.
Hemingway
no tenía ni veinte años cuando se alistó como voluntario de la
Gran Guerra en la Cruz Roja. Fue herido, y en el hospital sufrió su
primer gran desengaño amoroso con una enfermera que rechazó su
propuesta de matrimonio. Años después, ya en París siendo uno de
los puntales de la Generación Perdida, publicó esta gran
novela que marcó en la
literatura mundial.
El
joven Frederick Henry está en la frontera de Italia que se enamora
de la enfermera inglesa Catherine Barkley. La guerra, las batallas,
las heridas y una desesperada huida a una Suiza idílica donde creen
que estarán a salvo de la vida y de la lluvia que tanto asusta a
Catherine.
Si
en las obras de su vejez como El Viejo y el Mar o Islas a la Deriva se ve a un Hemingway consumido que apura emborrachándose lo que le
queda de existencia, aquí vemos a un joven idealista que cree en el
amor como respuesta para todo. Como hizo en ¿Por quién doblan
las campanas?, insiste en el bello y romántico sueño de la
unión del alma de dos personas a través del amor, capaz de
desafiar cualquier azar del destino. ¿O no? ¿El amor puede con
todo? ¿En plena guerra hay sitio para el amor?
Uno
es valiente y con don de gentes, pocas veces no anda invitando a una
copa a alguien. Ella está loca y tiene cambios de humor repentinos
pero lo que no cambia es lo que siente por Henry, y no duda en darlo
todo por su amor.
Adiós
a las Armas es menos densa que otras novelas de Hemingway. Apenas
hay monólogos aunque los diálogos siguen siendo uno de los grandes
pilares de su escritura. El estilo es sencillo y directo, especialmente las conversaciones románticas entre ambos.
Los
escenarios bélicos son crudos, mostrando las penalidades de la
retirada italiana tras Camporetto, donde se cubrió de gloria un
joven alemán llamado Erwin Rommel. Ves como a pesar de los intentos de las
personas, la guerra te marca, te agria el carácter y acabas siendo un desgraciado.
El
final es majestuoso, terriblemente bello como solo el amor puede
serlo. Está es la maestría de Hemingway, conseguir que lo mejor y
lo peor que nosotros se conjugue en un final descorazonador y
lluvioso.
¿Debería
leerlo?: Bastante estás tardando.
Mejor
momento: El final.
¿Dónde
debería leerlo?: Parte en una trinchera y otra parte en Suiza.
Me
ha gustado, ¿dónde hay más?: Sin Novedad en el
Frente es más duro. De Hemingway lo más similar, aunque se nota
más madurez, es ¿Por quién doblan las campanas?
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