Y murió batiéndose heroicamente por una causa que no era suya. Su causa, la de la libertad, no había en España quien la defendiese.
Así termina uno de los mejores libros sobre la guerra civil
española. Y la verdad que el autor no es demasiado conocido ni reconocido. De
hecho hace unos pocos años se empezó a recuperar su obra del olvido.
Ya en su momento escribí sobre el periodista y escritor
Chaves Nogales, concretamente de su ensayo histórico La agonía de Francia. Demostró ser un observador atento y poseer
gran talento para el relato de historias. ¿Cómo es posible que haya caído en el
olvido un escritor así? La respuesta es simple, no
interesa. No interesa la obra de un hombre que murió en el exilio en Londres,
mientras unos le consideraban un enemigo del régimen y otros un traidor a las
ideas revolucionarias que nunca compartió, mientras veía que la democracia que deseaba se volvía una utopía por el momento.
La obra consiste en unos relatos cortos sobre las primeras
batallas de la guerra civil, desde sus inicios hasta la batalla de Madrid,
hechos que el autor conoció de primera mano, ya sea como testigo o gracias a
diversas fuentes de combatientes y refugiados que volvían del frente.
Los personajes son diversos. Milicianos, señoritos
andaluces, bandidos anarquistas, guerreros marroquíes o pilotos británicos. Se consigue reunir a la gran mayoría de exponentes de la fauna de la guerra. Cada personaje tiene
definido su rol, un rol oscuro, de dolor, sufrimiento, ira y venganza. Son asesinos la gran parte, la
guerra no deja espacio para las luces. No hay romanticismo, excepto para los
últimos desesperados que ven como se corrompen las creencias por las que han
derramado sangre.
Seis meses más de
guerra y verías la inmensa mayoría de los revolucionarios de hoy convertirse en
reaccionarios, pero también dentro de medio año, si la guerra continúa, no le
quedarán a Franco más que sus asesinos pagados.
A pesar del uso de la tercera persona, cada relato está
centrado en las peripecias de un solo personaje, o dos a lo sumo, que es nuestra
rejilla para poder ver el campo de batalla que se ha convertido España. El
estilo es cercano al periodístico, sin excesivos alardes narrativos. Las frases
son directas y rotundas, sin necesidad de metáforas. Es una guerra, diablos,
para que quieres camuflar la realidad con palabras, cuando es el olor a pólvora
lo que da fuerza a esta novela.
En la guerra no se
administra el sentimiento con la misma largueza que en la paz.
Es un buen documento para observar los hechos y poder
analizarlos. Se puede ver como se impone la profesionalidad y disciplina de las
fuerzas de Franco, que hasta que se ven obligados a replegarse en las afueras
de Madrid. Mientras, en el otro bando, apenas hay guerreros con agallas. Las
retiradas y los saqueos son frecuentes. También aparecen las fuerzas
extranjeras que participaron como la Legión
Cóndor , los mecánicos rusos o los ingleses de las brigadas
internacionales.
Los relatos son de una calidad bastante notable, algunos
cercanos al sobresaliente. Destacan Masacre,
La Columna de
Hierro o Consejo Obrero. Cada relato se refiere a un escenario distinto,
una nueva zona de batalla que hay que explorar. No hay elementos comunes, ni
personajes entremezclados. Solo el olor de ese cadáver en el que se ha
convertido España.
Lo mejor: Ambientación fantástica. Dramatismo descarnado.
Lo peor: Los relatos tienen un tono bastante similar entre
ellos
Valoración: 9/10
Una última posdata:
En el casco de la ciudad
las bombas de los aviones hacen carne siempre.
Nunca me han interesado demasiado las obras ambientadas en la Guerra civil española, ni siquiera cuando las firma Hemingway (con la excepción de la ucronía "El coleccionista de sellos", que tenía la guerra como telón de fondo... y que creo te gustaría bastante, Adri), pero la verdad es que me has dado muchas ganas de leer este. Pinta muy interesante el señor Chaves Nogales, sin duda...
ResponderEliminarMagnífica reseña, a todo esto.
Me lo apuntaré. ¿No te lama la atención ¿Por quién doblan las campanas? ¿Ni siquiera por Metallica? Es muy denso, pero apabulla. Incluso incluye uno de los mejores momentos románticos que he leído.
ResponderEliminarGracias por leerla.