En el país de los
negros la vida del hombre no era tan preciada como entre nosotros.
Como buen apasionado de la historia que soy, por algo me metí en un doble grado con periodismo aparte de cierta tendencia al masoquismo , las lecturas sobre
historia nunca me han faltado. En esta crítica el escenario es la Castilla del siglo XV
donde reinaba Enrique IV el Impotente, hermano de Isabel la Católica. Como
se puede observar no gozaba del respeto de sus súbditos y tenía problemas para
concebir sin la ayuda de su valido .
En este contexto se sitúa la novela de Juan Eslava Galán, En busca del unicornio. El autor es gran
aficionado a la historia, sobre todo de la
Edad Media. Esta novela fue su primer gran
éxito ganando el Premio Planeta en 1987. Con el tiempo se ha convertido en uno
de los autores contemporáneos españoles más prolíficos. Otras novelas de
importancias son Señorita, El rey lobo, una novela bastante notable, El comedido hidalgo o La mula, que recientemente ha sido
adaptada al cine.
Juan de Olid, escudero del Condestable de Castilla, se le
encarga la misión de conseguir un cuerno de unicornio, para que el rey pueda recobrar su virilidad. Para ello tendrá que internarse en los desconocidos territorios de África, o como lo
llama el narrador “el país de los negros”.
La aventura no resulta para nada sencilla y tendrá que soportar
múltiples peripecias antes de alcanzar su objetivo.
Lo más destacable de la novela es su estilo. Narrado en
primera persona por el propio Juan de Olid, simula ser una crónica medieval.
Y está muy bien logrado, ya que el manejo de las expresiones y del vocabulario
es perfecto. Mezclado con un buen reflejo de cómo debía ser la mentalidad
medieval castellana y las reacciones de los pueblos indígenas, da como resultado una gran ambientación histórica. No solo los datos
están contrastados, sino que te traslada a la compañía de ballesteros perdidos
en la inmensidad del continente africano. También ayuda la aparición de varios personajes
históricos o referencias al reino de Ghana o a las ruinas del Gran Zimbabwe y el mito de las minas del rey Salomon.
Los personajes son bastante típicos. El héroe, el traidor,
el sacerdote sabio, el valiente compañero de armas, el indígena convertido, la
dama castellana a la que jura amor eterno el protagonista o la indígena de la
que se enamora este mismo protagonista.
La novela está estructurada en diversos capítulos que van
desarrollando la trama. En los primeros se dedica a describir el recorrido, las
costumbres y va trazando a los personajes. No hay demasiada acción y en
ocasiones puede resultado ser demasiado tedioso, aunque sigue siendo una obra amena por el humor y la ironía que impregna la novela, con personajes algo cómicos como el noble algo afeminado Manolito de Valladolid. Esto va cambiando cuánto más
se internan en “el país de los negros” y se ven obligados a utilizar sus
ballestas para su defensa y empiezan las primeras bajas, que no tardan en irse sucediéndose Al final el final mezcla la épica de una gran expedición con el dramatismo
en un tono bastante deprimente.
Lo mejor: La
ambientación histórica. El final deprimente.
Lo peor: El
comienzo es tedioso.
Nota: 8. Va de más a menos. Bastante recomendable.
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