Cuando
el desastre devuelve al hombre al caos del que procede, todo ese
civilizado barniz salta en pedazos, y otra vez es lo que era, o lo
que siempre ha sido: un riguroso hijo de puta.
Arturo
Pérez Reverte es uno de los escritores españoles con más éxito de
ventas, casi al nivel de grandes superventas como Olvido Hormigos. Por
otro lado, es conocida su labor como articulista y, por su fuera
poco, como tuitero. Desde ahí se dedica a dar rienda suelta a su
lengua viperina y a disparar contra gran parte de lo que se
mueve por este país en el que como dice él mismo “no cabe un tonto más”.
Pero
hay veces que este cascarrabias profesional decide dejar de
desahogarse y demostrarnos que es tan humano como cualquiera de los
mortales que le rodeamos. Posiblemente El pintor de batallas sea
donde Reverte más abandone al personaje que ha creado y sea más
sincero con sus lectores, siendo capaz de abrir la caja de Pandora de
sus recuerdos como corresponsal de guerra, especialmente los
relacionados con la Guerra de los Balcanes.
El
protagonista no deja de ser ese héroe crepuscular y derrotado, siendo el Capitán
Alatriste su ejemplo más célebre. Sin embargo, Faulques es el que
expone con más sinceridad y dolor sus miserias. Aunque si los
protagonistas de Reverte no dejan de ser luchadores natos y expertos
en sobrevivir, el fotógrafo simplemente se deja llevar entre
conversaciones al lado de un cigarrito y copas de coñac. Esa es su mayor diferencia con el resto, este guerrero no tiene ganas ya de volver al combate.
Faulques
es el personaje más similar al autor que llegó a afirmar que en
este personaje es la primera vez que no se disfraza. Ni siquiera en
Territorio Comanche fue tan honesto con los lectores como en esta
obra. Las biografías son casi calcadas, con el mismo recorrido de
sucesos bélicos y la misma necesidad de volver a sumergirse en las
pasiones de juventud, ya sea la escritura o la pintura, para
refugiarse de la barbarie del mundo que le rodea.
Los
otros dos personajes son también revertianos. Uno de ellos es Ivo
Markovic, un antiguo soldado croata que fue el objetivo de la cámara
de Faulques en una de sus fotos más famosas.
Tiene el mismo sentido del honor de Reverte y muestra respeto por
Faulques en todo momento. Se convierte en el perfecto contendiente
para el protagonista para que pueda expresar en palabras todos los sentimientos
guardados y que antes solo había pintado. La compañera de fotografía Olvido Ferrara es también
común en la literatura de Arturo. Una mujer cariñosa pero a la vez
fuerte que sirve para que el protagonista salga por unos momentos,
por ejemplo en la escena en Venecia, de la pochedumbre miserable en
la que está envuelto.
En
la novela no hay combates a espada ni duelos, sino que se centra en
el diálogo entre los dos protagonistas, y de ahí nacen todas las
reflexiones con las que nos salpica el autor. Hemos oído ya muchas
de sus ideas, ya sea en novelas, artículos o tuits, pero en este
libro sus palabras sobre lo hijo de puta que es el hombre son más
poderosas y contundentes que nunca. Es la obra más pesimista de
Reverte que deja perlas tan macabras como:
“Una
máscara conmovedora, antiquísima, eterna, donde convergían todas
aquellas líneas y ángulos. La geometría del caos en el rostro
sereno de una muchacha moribunda.”
Es
una obra amarga, en la que la aventura y el vértigo solo quedan en
la memoria. Sin embargo, quedan resquicios para el humor negro como
por ejemplo:
-Mientras
hay muerte – apuntó – hay esperanza.
-¿Es
otra cita?
-Es
un chiste malo.
Estamos
en la obra más personal de Reverte y donde su estilo, sus ideas y
sus tópicos están más vivos y son más extremos que en ninguna de
sus otras novelas. Así que cuando vuelvan a leer un tuit
cascarrabias de los suyos, piensen que, a pesar de todo, es un ser
humano que parte de su alma se perdió entre las balas en los
Balcanes.
--------------------------------------------------------------------------------------
¿Tengo
que leer esto?: No es la mejor
obra de Reverte, pero sí la más sincera. Me parece altamente
recomendable e imprescindible para aficionados para el escritor de
Cartagena.
Si
tuviera que quedarme con un momento, ¿cuál sería?: Me
quedo en los momentos donde Foulques explica a los visitantes su
mural y cuando recuerda a Olvido Ferrara.
¿Dónde
debería leerlo?: Encerrado en
una torre frente al mar.
Me
ha gustado, ¿dónde hay más?: La
obra más similar que se me ocurre es Territorio Comanche,
sin querer olvidar sus libros de artículos como Patente de
Corso y quizá sea similar a su
última obra Hombres Buenos.
Una última potsdata:
-¿Ya
sabe por qué el ser humano tortura y mata a los de su especie?... En
esos treinta años de fotografías, ¿obtuvo una respuesta?.
-No
hacen falta treinta años. Cualquiera puede comprobarlo, a poco que
se fije... El hombre tortura y mata porque es lo suyo. Le gusta.
-¿Lobo
para el hombre, como dicen los filósofos?
-No
insulte a los lobos. Son asesinos honrados: matan para vivir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario