"¡Así, el poeta será un guerrero y el guerrero un poeta!" (Alejandro Jodorowsky, "La Casta de los Metabarones")
martes, 27 de marzo de 2012
Alejandro Jodorowsky & Juan Giménez – La casta de los Metabarones (2007)
“Si yo fuera una gota de rocío, podría refugiarme en una brizna de hierba… pero solamente soy un hombre, y no tengo sitio en ningún mundo”.
Recordaréis que al comenzar este blog avisé de que en él tendría cabida toda clase de literatura, por ninguneada que fuera por el resto del mundo (o especialmente por eso mismo) y avisé de mi amor por la novela gráfica y el cómic, que me parecen uno de los mayores logros de la literatura de los últimos años. Y de hecho, la primera crítica fue de un cómic español, 5 Elementos.
También os habréis dado cuenta de que el título del blog está inmediatamente seguido por una cita fabulosa (“¡Así, el poeta será un guerrero, y el guerrero un poeta”), de la obra a la que voy a dedicar la crítica de hoy, La casta de los Metabarones (a la que estaba echando un vistazo cuando inauguré el blog, pues me la acababan de dejar, pero que no leí hasta la semana pasada).
La serie de cómics se compone de una trama principal y unos cuantos spin-offs que han ido saliendo en diversas revistas, manteniendo siempre al chileno Alejandro Jodorowsky (probablemente la persona más polifacética de la que he oído hablar en mi vida… El hombre ha trabajado en todos los campos, siendo desde psicomago hasta escritor de cualquier género, y pasando por el teatro, el cine, la escultura, la música o la pintura) en el guión de la historia, y variando a los dibujantes (siendo Juan Giménez, argentino conocido por trabajar en cómics de fantasía y ciencia ficción, el artífice de la historia central). Los ocho libros de Jodorowsky y Giménez, el núcleo de la historia, junto con el relato inédito “El tatuaje de los Castaka”, están reunidos en un tomo compilatorio que publica Reservoir Books en 2007 (aunque el primer libro se remonta a 1993) y que, como es el que me han dejado, será el que comente.
La historia gira, como su nombre indica, en torno a la casta de los Metabarones, una familia de guerreros prácticamente invencibles que, para demostrar su valor y consagrarse como soldados, han de matar a su progenitor y ocupar su lugar. Comienza la historia con el tatarabuelo y primer Metabarón, Othon (no es el primer Castaka, pero sí el primero en lograr el título que se le da a éstos guerreros), y desde ahí se va desarrollando el linaje hasta llegar al último Metabarón, Sin Nombre. La historia la narran en primera persona dos robots (bastante desagradables), al más puro estilo de los juglares y trovadores medievales, hasta llegar a la saga del Último Metabarón, en que la historia comienza a desarrollarse en tiempo presente, dando por terminado el flashback (salvo en contadas ocasiones).
La trama, como digo, es sencilla: intenta capturarse la vida y la grandeza de una serie de guerreros superiores al común de los mortales, mercenarios en principio al servicio del Imperio, pero que pueden venderse al mejor postor si lo creen conveniente (no en vano son descendientes de piratas). La ambientación del cómic, que se compara bastante con Dune, de Frank Herbert, (y con cierta razón), es sencillamente fabulosa, con detalles magníficos y delirantes: planetas hechos de mármol, o completamente helados, que sirven de refugio a los Metabarones; universos paralelos que se lanzan a la conquista del nuestro; la secta de las Shaba-oud, monjas putas que pretenden usurpar el poder imperial; ese poder imperial ocupado sucesivamente por seres andróginos (de ahí que su título sea el de “emperoratriz”), en la búsqueda del “andrógino perfecto” que haría perdurar por siempre el poder del Imperio… Todo ello, propiciado por un estilo de dibujo absolutamente brutal por parte de Giménez, que sacrifica la claridad en favor de su expresividad y estilo más propios y grotescos, llegando a veces a recordar a las pinturas negras de Goya.
En la historia se mezclan multitud de sensaciones y constantes literarias: el valor, el honor, el código del guerrero, sus virtudes, el sacrificio… Todo al más puro estilo de las tragedias griegas. Pero también en esa línea de catarsis encontramos una historia plagada de destinos truncados e inevitables, sangre, muerte, destrucción, bajezas morales (parricidios, incestos, traiciones)… que, sin embargo, son parte vital de la configuración del que será en el fondo el personaje principal, el Último Metabarón, culminación de la casta y quien ha de llevarla a su máximo esplendor. Jodorowsky no titubea ni un segundo a la hora de tratar los temas más controvertidos, pero tampoco se regodea en ellos de forma innecesaria, sino que todo está en su justa medida. Y aunque su forma de escribir y describir no termine de agradarme (es un estilo quizás demasiado basto, poco pulido), no cabe duda de que su estilo narrativo, a rasgos generales, es una auténtica maravilla, propia de un genio.
La culminación de la historia, por otra parte, es sublime. Sí es cierto que se deja algunos temas sin cerrar; por ejemplo, no se sabe qué ocurre con Soluna, el andrógino que “adopta” el Último Metabarón en la primera historia que cuenta Tonto, el robot (o si la historia es real o inventada). Pero por lo demás, el final es perfecto, además de bastante inesperado. Y la historia inédita, “El tatuaje de los Castaka”, también es francamente genial, a pesar de no desarrollarse más que en unas decenas de viñetas.
Las 570 páginas más cortas de mi vida. O casi. Si podéis conseguirlo en algún sitio, os lo recomiendo fervientemente.
Allez-y, mes ami!
Buenas noches, y buena suerte.
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LO MEJOR: frases tan maravillosas como la que da comienzo a este artículo, o la que preside el blog, el desarrollo general de la historia y el capítulo inédita. Pero especialmente, y por encima de todo, el brutal estilo de dibujo de Giménez.
LO PEOR: los robots, Tonto y Lothar, y sus constantes interrupciones a la historia, son absolutamente insufribles. La cosa no mejora hasta la saga final, la del Último Metabarón (gracias a uno de esos extraños e inesperados giros de la historia). Pero en el resto del cómic son insoportables. Si no fuera por ellos, la obra sería casi perfecta.
VALORACIÓN: Imprescindible (voy a empezar a poner notas numéricas, porque esto se merece un 9,5, por lo menos). Aunque para disfrutarlo más, recomiendo una cierta cultura en cómic y novela gráfica previa a echarle un ojo a éste. Si no, pues no pasa nada, pero de la otra forma se agradece mucho más la lectura.
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La casta de los Metabarones (página oficial)
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Interesante crítica. Si leo algo relacionado con los comics, será una recomendación tuya.
ResponderEliminarGracie, amico. Te recomiendo empezar por "5 Elementos", es uno de los mejores cómics que he leído en mi vida, absolutamente hilarante. JC puede dar fe de ello.
ResponderEliminarNo me animo a leer nada de Jodorowsky en cómic. El Incal y este son muy conocidos, pero yo me he leído Los ojos del gato y Megalex y dan bastante penita(sálvese en el primero el genial dibujo de Moebius, que era un grande). Lo dicho, pese a tu crítica positiva, no apostaré por este señor pese a que sus teorías filosóficas me sean atractivas. Cuando me sobre el tiempo o el dinero, tal vez, y son dos cosas que no sobran casi por definición.
ResponderEliminarEsto es lo único que he leído, y El Incal me lo han recomendado... Nada que dibuje Moebius puede ser malo xD El problema de Jodorowsky es que es muy raro y está loco (yo que le sigo en Twitter lo compruebo cada 30 segundos). Cada vez que pienso en su intento de llevar "Dune" al cine, me tiro de los pelos ante su falta de mesura xD
ResponderEliminarTe diría que lo leyeras online, pero la verdad es que la estética del dibujo es brutal, y merece muchísimo la pena. Así que si le echas el guante en papel, de biblioteca, amigo (como hice yo) o lo que sea, mejor que mejor.
Pues fíjate que a mí me decepcionó bastante este cómic.Puede ser porque me lo recomendaran tanto que mis expectativas fueran demasiado altas,no lo sé,pero lo cierto es que me lo leí rápido (ya sabes cómo soy)pero me resultó aburrido.Y vamos,a los robots me los cargaba,me parecieron una idea tan mala como la de Lucas de crear a JarJar.
ResponderEliminarSupongo que con el tiempo les daré una segunda oportunidad a los Metabarones,pero en realidad,más allá del cuidado dibujo y de algunas frases...no sé,no sé.El guión en sí no me entusiasmó.Eso sí,reconozco que para citarlo extrayendo algunas de sus ideas,es una joya.
No sé, no sé... A mí sí que me gustó, salvo por los dos robots (Jar Jar mola, estos dos NO xD) que son aborrecibles. El guión, sin parecerme una maravilla, sí que me convenció, hay frases brutales y la estética es una pasada. Pero vamos, yo tengo un gusto raro, todos lo sabemos xD
ResponderEliminarNo tienes un gusto raro,mi amor,ERES raro.Por eso te queremos y te dejamos entrar en el equipo ^^
ResponderEliminarAla, me ha llamado raro. Qué ignominia.
ResponderEliminarEl destino final de Soluna, se conoce último tomo del Incal, obra anterior (se terminó en los 80 mientras que esta se publicó en los primeros 90), que se desarrolla paralela a esta. Prefiero no decir cual es para no arruinar el final de dicha obra
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