viernes, 4 de mayo de 2012

Charles Bukowski – Pulp (1994)



“Y entonces… apareció la señora Muerte. De pie junto al Gorrión. Nunca me había parecido tan hermosa”.

Os tengo un tanto abandonados desde hace un tiempo. Con el agobio que he tenido encima, el estrés de mantener otros dos blogs, y demás asuntos personales que no os atañen mucho, la verdad, pues no he publicado desde Shakespeare. Y de eso hace ya más de semana y media, en la que seguro que me habéis echado mucho de menos (evidentemente, es broma, sé que no me añorabais todavía, pero aquí vuelvo a dar la brasa).

Aunque quería subir una crítica de La espada rota, como sigo con agobio universitario he preferido tirar por la calle de en medio y traer hoy una novela que conozco bastante mejor, la novela que me introdujo en la maravillosa obra de ese autor tan inigualable que es Bukowski: Pulp. Fue esta su última novela, publicada en 1994. La obra, casi póstuma (murió de leucemia en marzo de ese mismo año, poco después de terminarla) refleja y reúne toda una vida marcada por la desesperación, el desengaño, el nihilismo, el alcohol, las adicciones, el abandono y la pobreza. Bukowski siempre fue el mayor representante del realismo sucio estadounidense (y no, no pertenece a la Generación Beat, por mucho que otros se empeñen en ello), y aunque separado temporalmente de ellos, siempre me ha gustado considerarle otro de esos grandes escritores malditos estadounidenses, junto a Hemingway y Faulkner. Y Pulp narra a la perfección ese mundo de los bajos fondos, esa poesía de alcantarillas que abanderó Bukowski.

Es quizás la novela más personal del autor. El protagonista, esta vez, no es Henry Chinaski, como en muchas otras obras suyas (de hecho, Chinaski era prácticamente el alter ego literario de Bukowski), sino que la trama se centra en Nicky Belane, un detective privado de Los Ángeles un poco venido a menos, pero al que de repente se le acumula el trabajo: tiene que descubrir, por encargo de la Señora Muerte (sí, la Señora Muerte) si un hombre que se hace llamar Céline es realmente el famoso escritor francés; por otra parte, le encargan la búsqueda de un tal “Gorrión Rojo”, un marido despechado cree que su mujer le engaña… Los casos comienzan a entremezclarse, como es lógico, todo ello agravado por la vida que lleva Belane entre bares, hipódromos, más bares y una casa que parece un estercolero.

Al igual que Murakami, Bukowski entreteje a placer realidad y fantasía. Lo que lo hace creíble no es la convicción con que lo cuente, sino precisamente esa aceptación apática de cualquier cosa que te pueda pasar, y que termina por provocar que ya nada te sorprenda en la vida. Belane lleva una existencia tan apagada y sórdida que solo su trabajo parece poder satisfacer; ni siquiera el sexo, con el que Bukowski parece obsesionado (hay una cita maravillosa, al principio del libro, en la que dice “el sexo es una trama, un engaño. Es para los animales”, pocas páginas después de que Belane se masturbe varias veces pensando en la Señora Muerte), le permite salir de esa vida anónima y sin nombre, idéntica a cualquier otra que se ahoga en el alcohol y el fracaso porque no tiene otra cosa que hacer.

El estilo de Bukowski es, conforme a lo que narra, no ya sobrio y recogido, sino simplón y basto en muchas ocasiones. Está escrito en primera persona, por lo que los pensamientos de Belane abundan en palabrotas, insultos y verborrea indeseable, de esa que transmite a las páginas un realismo que no se puede lograr de ninguna otra forma. Se intenta centrar en aquello relevante para la historia (el capítulo diez, por ejemplo, se limita a decir “sáltate el resto de ese día y esa noche. Ninguna acción. No vale la pena hablar de ello”, y en un guiño maravilloso al lector da paso al siguiente capítulo) o aquello que ayude a configurar el personaje de Belane, auténtico centro alrededor del que discurre toda la trama. Sin embargo, a pesar de ser tan basto y directo, Bukowski era poeta antes que novelista, lo que le permite crear algunas imágenes sucias que son puro lirismo y poesía, metáforas maravillosas a partir de los elementos más triviales de la calle.

La primera parte del desarrollo de la novela, como en la mayoría de las tramas policíacas, es un tanto lenta, y los casos no comienzan a resolverse hasta el final. Aunque reconozco que es algo que no me gusta, es un recurso básico del género, donde reside parte de su encanto, y se compensa con creces con un final trepidante y sorprendente a partes iguales. Y bello, realmente precioso. Alguna vez he estado a punto de llorar con ese final, de lo simple y al mismo tiempo hermoso que resulta en una novela que, por lo demás, brilla por su superficialidad material (no intencionada, sino porque esta no existe en las vidas de los personajes).

Fue la primera novela de Bukowski que leí (desde entonces ha caído alguna más) y por ahora sigue siendo mi favorita, y la que le presto o recomiendo a todo el mundo. El estilo general del autor cristaliza aquí en su máxima expresión, y ese final… Dios, en serio, pedazo de final. Tenéis que leerlo. Ya.

Allez-y, mes ami!

Buenas tardes, y buena suerte.

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LO MEJOR: esas imágenes metafóricas tan simples que Bukowski sabe desgranar. Lo directo y creíble que resulta todo lo que se cuenta. Y ese sorprendente y surrealista giro al final.

LO PEOR: como digo, nunca me ha terminado de gustar el desarrollo tan lento que tienen las novelas policíacas. Pero aparte de eso, es perfecta.

VALORACIÓN: 10/10. Esta sí que es una valoración personal, porque Bukowski es de esos autores que o te encantan, o te parecen burdos y mediocres. En mi caso, desde el primer verso suyo que leí me decanté por lo primero.

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Hankover ("Resaca"), blog homenaje a Bukowski

5 comentarios:

  1. "Voy a pillarle el culo" En serio, te agradezco que me lo prestaras para poder descubrir a este gran escritor. Te diría que te debo una, pero ya te conté el trauma que tengo con esa frase.
    Hoy o mañana subo la obra de moda del momento. Los Juegos del Hambre. Cambio radical de estilo y temas. Para que tengan elección.

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  2. Buuuu, esta no me la he leído! Se queda en pendientes. =)

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  3. De nada, Adri. No veas lo que me alegra a mí saber que os gustó, adoro a este hombre xD

    Vero, dijete que se la pidieras a Adri cuando la terminara él :P Te lo puedo llevar mañana, si quieres, y ya me lo devolverás cuando sea. Por cierto, que tengo pendiente de devolverte un Murakami. Algún día de mayo que te vea, será tuyo otra vez xD

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  4. Me parece que hay un descuido u olvido en la trama, la Sra Muerte le promete que una vez que le entregue a Celine ella le va a entregar al Gorrión Rojo, pero una vez muerto Celine Belane no recuerda este pacto y lo sigue buscando por su cuenta, cuando lo que debió haber hecho es pedirle a la Sra Muerte que cumpla con la parte de su trato.

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  5. La Muerte cumple su trato al final, ya que es la muerte y para ver al gorrion rojo debia morir. Al final le dice que lo deja en buena compañia, con el gorrion rojo. Alguien de una sensibilidad extraordinaria como Burton intuyo que el gorrion debia existir en algun lado, de alguna forma

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