Pregunte
de nuevo al autor si era posible resucitar al protagonista
principal, con el que el lector se había encariñado tanto. Vasili
me respondió: Tenemos que respetar la verdad despiadada de la
guerra.
"I'm
coming back, I will return. I'll possess your body and I'll make you
burn."
Tras esta
cita tan simpática, me complace anunciar mi regreso al ruedo de
la crítica literaria, que ya iba siendo hora. Vuelvo con las
memorias de Vasili Grossman, escritor soviético, de origen ucraniano
y judío. Grossman es uno de los mayores escritores rusos del siglo
XX, con obras inmortales como Vida y Destino o Todo Fluye.
No muy querido por Stalin, que llegó a vetarle para premios, murió
deprimido pensando que su obra maestra, Vida y Destino que fue una terrible
crítica al Estalinismo, nunca sería publicada.
Estas
memorias se centran en la participación de Grossman en la Segunda
Guerra Mundial como corresponsal. Incluso tuvo un papel como
novelista, con la publicación de El Pueblo Inmortal, ensalzando la valía de los soldados contra las fuerzas del Eje. El autor de
estas memorias es el historiador Antony Beevor,
conocido por la publicación de ensayos sobre la Segunda Guerra
Mundial, especialmente sobre el frente oriental. Es un autor
controvertido, siendo criticado por dar cifras de
víctimas por parte del Ejército Rojo, como ilustra en numerosas
obras, incluyendo este libro.