—¡Es
imposible! Hera ha profetizado que ni dioses ni mortales pueden
matarlos.
—Probablemente
es así, pero todas las profecías tienen una trampa.
Desde que el hombre es hombre siempre ha
tratado de comprender el mundo que le rodea. Pero los misterios
suelen superar nuestro entendimiento. Por ello el hombre le dio una
interpretación de seres inmortales que crearon el mundo y todas las
cosas que hay en él. Abuelos, padres e hijos están atados por
historias que pasaban de generación en generación.
Los griegos no fueron una excepción. Los
creadores de la democracia y la filosofía tenían su propia
mitología. Pero se caracteriza porque es una de las más humanas. Al
contrario de ese dios misterioso y vengativo del judaísmo, los
dioses abstractos de los dioses del Nilo y un gran conjunto de
deidades extrañas orientales, los dioses griegos tenían
sentimientos y pasiones e incluso la gran mayoría de las veces sucumbían a
ellas. Muchos de los relatos que los griegos crearon sobre sus dioses
no les dejan en buen lugar, y los convierte en seres mezquinos,
egoístas, ridículos y no dudan en parodiarlos.