lunes, 11 de julio de 2016

Tite Kubo – Bleach (2002 – actualidad)


“Aquel que no tiene miedo a la espada que empuña no tiene derecho a empuñar espada alguna”

Mi ausencia ha sido larga, pero como mis ausencias siempre son largas, y mis regresos poco duraderos, no me entretendré más en el tema.

Bleach es uno de esos mangas que llevan tantos años que la gente piensa que jamás acabarían. Pero luego acaban y claro, la gente se lleva las manos a la cabeza (también conocido como “el caso Naruto”, y en un futuro “el caso One Piece”). Y resulta que la obra archiconocida de Tite Kubo, el shōnen más exitoso de la historia del manga (junto con los dos ya mencionados y, claro está, el Dragon Ball de Toriyama), parece acercarse a su fin: después de tantear la idea un par de veces, de anunciarla y luego retractarse hará ya unos tres años, ahora parece definitivo que en los próximos meses, tal vez en octubre, la obra culminará.

Por poner en antecedentes, Bleach relata las peripecias de Ichigo Kurosaki, un joven estudiante (qué poco típico del género…) capaz de ver fantasmas, que tras su encuentro con la shinigami Rukia Kuchiki adquiere los poderes de esta, que deberá utilizar en la lucha eterna entre los shinigami y los hollows, espíritus malignos que se alimentan de las almas puras. En el paseo, le acompañarán Orihime Inoue, Sado Yasutora, Uryuu Ishida, y un buen puñado de personajes más.

jueves, 7 de julio de 2016

Truman Capote - Plegarias Atendidas (1987)

Quizá sea una oveja negra, pero mis pezuñas son de oro.

Truman Capote era totalmente consciente de su genialidad durante gran parte de su vida. En ella luchó para que fuese reconocida por el gran público y llegar a ser inmortal en las páginas que él escribió. Y lo fue cuando se sacó de la manga un nuevo género. El llamado Nuevo Periodismo que consistía en utilizar las técnicas propias de la ficción para los hechos reales y actuales. De ahí nació A Sangre Fría, la obra que llevo a Truman Capote a la cumbre y al infierno al mismo tiempo.

La literatura mata. La literatura se alimenta de la creatividad de los escritores, de su mente, de su lucidez y de su alma. Y tras ella deja vidas destrozadas y dudas. Algunos elegidos gozan de la gloria pero ella solo compensa tras la muerte. Capote murió solo, adicto al alcohol y dudando de si mismo. Como dice la cita que abre su novela póstuma y le da nombre: Se derraman más lágrimas por plegarias atendidas que por las no atendidas.