miércoles, 12 de marzo de 2014

Boris Vian – Escupiré sobre vuestra tumba (1973)



 “Los del pueblo le colgaron igual, porque era un negro. Su pantalón seguía formando en la entrepierna un bulto irrisorio”

A pesar de estar, como decía en mi última crítica, enfrascado en una temporada de lectura distópica, el otro día cayó este libro en mis manos y, dado que era bastante breve, no pude sino echarle un vistazo. El título, he de reonocerlo, me encandiló bastante. Y ver que fue una obra prohibida en algunos lugares por “violenta, pornográfica y descarnada” me hizo pensar que me gustaría.

Y... la verdad es que no. No me ha gustado Boris Vian. Desde el prefacio, donde él mismo explica en tercera persona (publicó la novela con pseudónimo en su día) la forma en que fue escrita, y los problemas a los que tuvo que enfrentarse, me pareció un tipo un tanto prepotente y pagado de sí mismo, algo que el estilo a la hora de narrar no hizo sino confirmárseme.

domingo, 9 de marzo de 2014

Paolo Bacigalupi – La chica mecánica (2009)



 “Así funciona nuestro mundo. Ojo por ojo hasta que hayamos muerto todos y los cheshires calmen la sed en charcos formados con nuestra sangre”

Tras un coqueteo con diversos autores y géneros, y un largo romance con Neil Gaiman, he decidido volver durante una temporada a mis raíces literarias como fanático de la ciencia ficción, teniendo solo ligeros escarceos con otras obras. Y no hablo de una ciencia ficción cualquiera, no: he vuelto a meterme de lleno en la distopía cyberpunk.

La primera afortunada en esta temporada ha sido una novela bastante reciente, algo cuando menos curioso, dado que el auge indiscutible del género estuvo entre los años 80 y, si acaso, 90. Ya me están esperando a mi vera el Neuromante de Gibson y Snow crash, de Stephenson, pero mientras tanto, el italiano Bacigalupi y su ópera prima han tenido una primera oportunidad.