domingo, 9 de marzo de 2014

Paolo Bacigalupi – La chica mecánica (2009)



 “Así funciona nuestro mundo. Ojo por ojo hasta que hayamos muerto todos y los cheshires calmen la sed en charcos formados con nuestra sangre”

Tras un coqueteo con diversos autores y géneros, y un largo romance con Neil Gaiman, he decidido volver durante una temporada a mis raíces literarias como fanático de la ciencia ficción, teniendo solo ligeros escarceos con otras obras. Y no hablo de una ciencia ficción cualquiera, no: he vuelto a meterme de lleno en la distopía cyberpunk.

La primera afortunada en esta temporada ha sido una novela bastante reciente, algo cuando menos curioso, dado que el auge indiscutible del género estuvo entre los años 80 y, si acaso, 90. Ya me están esperando a mi vera el Neuromante de Gibson y Snow crash, de Stephenson, pero mientras tanto, el italiano Bacigalupi y su ópera prima han tenido una primera oportunidad.

Y es una oportunidad que, a pesar de unas cuantas trabas y errores, no ha sabido desperdiciar. Aún hace apenas seis años Bacigalupi ha sido capaz de crear un mundo a la vez con un tinte nostálgico y familiar, pero novedoso e innovador, que le ha hecho merecedor de todo premio imaginable, pasando, por supuesto, por el Hugo y el Nebula.


La premisa central de la novela nos sitúa en el futuro del siglo XXII, no del todo concreto, en un mundo donde la investigación genética se ha impuesto como una realidad con dos caras, que ha destruido la antigua civilización y al tiempo es su única oportunidad de salvación. Es un mundo desconfiado tras la Contracción que llegó a la Expansión (el momento de esplendor del planeta), y donde la lucha por sobrevivir se ha convertido en algo salvaje y necesario.

Más en detalle, el foco se pone en el reino de Tailandia, que ha logrado sobrevivir con dificultad blindándose ante la llegada de los farang (extranjeros), para proteger el legado de sus semillas de las nuevas plagas que asolan el planeta, diezmando a la población sin contemplaciones. En este mundo luchan los intereses del corrupto Ministerio de Comercio y del brutal y represivo Ministerio de Medio Ambiente, cada uno con unos objetivos y unos aliados enfrentados que están destinados a un choque inexorable.

Este telón de fondo permite a Bacigalupi desarrollar una historia muy bien construida y con personajes emblemáticos, en una dura lucha en que prima la ley de la selva, y lo más importante para cada uno son sus intereses y los pocos seres queridos que le rodean. Aunque tarda bastante en arrancar, para poder poner todas las piezas en el tablero, cuando lo hace la tensión va creciendo poco a poco, construyendo una trama vertiginosa y con un final cargado de un giro tras otro, que resulta sencillamente delicioso.

La trama se desarrolla con una lógica aplastante, pero que a su vez deja hueco para sorpresas constantes, y que siempre va por los derroteros que le pide la historia: si hay que matar a algún personaje, por ejemplo, por querido que sea, muere. Se plantea además un trasfondo increíble que tiene dos vertientes principales: por una parte, el mensaje ecológico y de advertencia más que evidente hacia el mundo actual; por la otra, el clásico mensaje tan presente en numerosas distopías sobre la esencia de aquello que nos hace humanos, y que se refleja en la propia chica mecánica, Emiko, que está presente como nexo de toda la trama.

Los problemas del libro, por su parte, vienen por la complejidad que se desarrolla a veces, y que por ejemplo hace que aparezcan de forma recurrente personajes que no terminamos de saber quiénes son hasta demasiado avanzada la novela, y ni aún así nos queda claro (ya que cada capítulo está escrito desde el punto de vista de uno de los protagonistas).

Además, la lentitud a la hora de arrancar hace que la lectura se haga un tanto cuesta arriba en los primeros capítulos, hasta que realmente logra enganchar. En una tendencia que veo que acusan muchos escritores actuales, sobre todo en la ciencia ficción, Bacigalupi desarrolla una prosa excesivamente pretenciosa a la hora de narrar, no por compleja, sino por dar demasiadas cosas por hechas en un mundo que crea de cero y es ajeno al lector, y en el que este tarda demasiado en verse inmerso.

Superadas esas trabas, sin embargo, el resultado no podía ser más destacable. La novela está bien llevada, se devora, es incisiva y plantea cuestiones vitales que van mucho más allá de la trama que aparece a primera vista. Mejorable en esos aspectos estilísticos, pero de matrícula en cuanto a lo que subyace.

Sin duda, recomendable, aunque hay que coger el principio con muchas ganas

Allez-y, mes ami!

Buenas noches, y buena suerte.
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LO MEJOR: lo bien llevada que está la historia, y la construcción de muchos de sus personajes, así como el trasfondo.

LO PEOR: en ocasiones peca de pretenciosa o resulta excesivamente intricada.

VALORACIÓN: 7,5/10. Creo que en cuanto a estilo es bastante mejorable, y que el principio no anima demasiado a lectura. O quizás es que la pillé en mal momento... como sea, si se le da una oportunidad, no defrauda en absoluto.

2 comentarios:

  1. La cita inicial me ha matado. Como siempre buena crítica.

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  2. Tiene citas muy bestias, por la ambientación tan cruda y poco amable en que se desarrolla. Es gente luchando por su supervivencia... lo que da lugar a frases tan bestias como la que inicia el artículo, o esta, que era mi segunda opción:

    "No le conviene confiar en nadie, por amables que parezcan. La niña sonriente de hoy puede ser mañana la misma que machaca los sesos de un bebé armada con una piedra. Esa es la única verdad. Uno puede imaginarse que existen conceptos como la lealtad, la confianza y la bondad, pero se trata de meros gatos demonio. Al final, jirones de humo y nada más, imposibles de aprehender".

    Gracias por pasarte, señor mío.

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