jueves, 14 de marzo de 2013

Orson Scott Card - La voz de los muertos (1986)


“Le maté —pensó —. ¿No lo ve? No merezco consuelo. Quiero sufrir todo el dolor posible. Es mi penitencia, mi restitución y, si es posible, mi absolución; ¿cómo sino podría lavar mis manos de sangre?"

Ningún apasionado de la Ciencia Ficción que se precie puede presumir de serlo sin haber leído El Juego de Ender. La fama de esta novela sobrepasa los límites del más estricto frikismo y se expande hasta los lectores menos asiduos al género. Sin embargo, por algún motivo desconocido son pocos los que continúan la historia de Ender Wiggin más allá del primer volumen.

La voz de los muertos es la continuación del mundo después de Ender y la novela que os traigo hoy para romper esa tendencia y descubrir a Orson Scott Card en su faceta menos conocida, la de la sociología.


No me dentendré en explicar la vida de este autor que ya desarrolló Spartan George en la crítica de El Juego de Ender y os hablaré del libro en sí. Como ya he dicho La voz de los Muertos es la continuación de la conocida novela de Scott Card y fue publicada justo un año después del primer libro, consiguiendo de nuevo los premios Nébula (1986) y Hugo (1987).

Intentaré no hacer spoiler del libro anterior pero no prometo nada.... La voz de los Muertos comienza 3.000 años después de los hechos del primer libro que, con el paso del tiempo, se han convertido en motivo de leyendas y religiones que interpretan desde todas las formas posibles el papel que tuvo Ender en la historia de la humanidad. El espacio ha sido finalmente conquistado por los seres humanos que levantan los límites a la procreación y llevan los "excesos de población" a todos los planetas habitables que encuentran, en viajes espaciales que duran un año para los que viajan pero suponen 50 años para todos los que no estén a bordo de la nave. Esta relatividad espacio-temporal ha permitido que Ender continúe vivo, viajando de un planeta a otro como Portavos de los Muertos, algo así como un sacerdote que llega a un país medio siglo más tarde de que alguien haya muerto para relatar la verdad absoluta de su vida. Obviamente, era cuestión de tiempo que los humanos se encontrasen con una nueva especie alienigena y tuviesen que tomar decisiones. ¿Dejarles en paz, exterminarlos, aprender de ellos, enseñarles la tecnología humana?

Todo el libro se fundamenta en este gran dilema humano, en el rechazo a lo desconocido y sus consecuencias desde tres ópticas que son los vértices de una novela genialmente construída: por un lado la visión subjetiva y sesgada de personajes clave en el contacto con los alienigenas pero que además tienen sus propios problemas personales, sus dudas y traiciones que lastrarán la historia desde el principio; junto a ellos las reflexiones sociológicas que indagan en la condición humana que se dejan entrever en frases expresadas con una sencillez que las hace incontestables; y por último la ortodoxia, el fanatismo y el ansia de conservación histórica a todo precio que muestran las diferentes religiones que entran en juego, católicos, luteranos, portavoces, etc.

En general nos encontramos una novela absorbente y con una unidad increíble, entre lo científico y lo sociológico, que nos hace pensar y reflexionar en la esencia de lo que somos como conjunto, en si los derechos humanos son sólo humanos o pertenecen a todos los seres inteligentes y, ¿que es lo que entendemos por seres inteligentes?. Todo ello unido a un final increíble, sólo comparable al de su anterior novela.

Desconozco cuanto tiempo dista entre la escritura de un libro y otro pero, a mi entender, muestra una evolución psicológica que no puede ser casualidad, los 3.000 años pasados por Ender parecen haber pasado también por su autor que abandona las descripciones de estrategia militar y batallas con niños para adentrarse en una novela mucho más madura y profunda.

Alejándonos un poco del libro tengo que admitir que me sorprendió muchísimo descubrir que Orson Scott Card pertenece a los mormones y posee unas ideas religiosas tan arraigadas y fanáticas como la homofobia o que desconfía de la evolución basada en el darwinismo. Ninguna de esas ideas puede ser extraída de La Voz de los Muertos, a no ser que yo al no ser consciente de este dato no haya sabido buscarlas, supongo que todos los libros son interpretables. Sin embargo, la forma en que en la novela se critica a la Iglesia (católica, eso sí), al resto de dogmas que aparecen y a toda falta de racionalidad, parece fácilmente extrapolable a todas las religiones como base para dudar de cualquier tipo de fanatismo.

Si habéis conseguido leer hasta aquí supongo que ya sabréis que me ha encantado la novela y que Ender ha pasado a ser uno de mis personajes favoritos por su redondez y su complejidad (y porque en mi cabeza me lo imagino guapísimo) y os animo a que dentro de lo posible os enfrentéis a la novela sin prejuicios y con la mirada limpia porque donde yo he visto brillantez quizá sólo encontréis un montón de filosofía barata. Eso nunca se sabe. Eso sí, no compréis el libro buscando las descripciones bélicas de su predecesor porque entonces sí que será un chasco.

Por mi parte nada más, ahora os toca a vosotros y espero que me hagáis llegar vuestras percepciones cuando hayáis leído la novela porque me interesa especialmente esta vez.

Desde el Norte con amor y con absurdidad,

Berenice.


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LO MEJOR: La complejidad de los personajes y una historia con un desarrollo inverosímil que el escritor es capaz de convertir en la realidad más cercana.

LO PEOR: La trama parece revelarse hacia la mitad del libro y empiezas a entrever de qué va la cosa y puede hacer que dejes de leer, sin embargo, si continúas te das cuenta de que todo lo que pensabas estaba mal. Al menos así me pasó a mí.

PUNTUACIÓN: 9/10 quizá os sorprenda esta bajada de puntuación pero es a causa del estilo, desde luego no se trata de una de esas obras cumbres de la literatura y es eso lo que le hace no merezca la máxima nota.

2 comentarios:

  1. Me gusta la crítica. Y pinta muy bien el libro, la verdad. Muy diferente al primero que parece ser que es más militar. Tendré que echarles un ojo cuando pueda.

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  2. El libro pinta bien.

    P.D.: A ver si se puede decir lo mismo de la adaptación al cine de "El Juego de Ender"... Joder, qué miedito.

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