“Los del pueblo le colgaron igual, porque era un negro. Su pantalón seguía formando en la entrepierna un bulto irrisorio”
A pesar de estar, como decía en mi última crítica, enfrascado en una temporada de lectura distópica, el otro día cayó este libro en mis manos y, dado que era bastante breve, no pude sino echarle un vistazo. El título, he de reonocerlo, me encandiló bastante. Y ver que fue una obra prohibida en algunos lugares por “violenta, pornográfica y descarnada” me hizo pensar que me gustaría.
Y... la verdad es que no. No me ha gustado Boris Vian. Desde el prefacio, donde él mismo explica en tercera persona (publicó la novela con pseudónimo en su día) la forma en que fue escrita, y los problemas a los que tuvo que enfrentarse, me pareció un tipo un tanto prepotente y pagado de sí mismo, algo que el estilo a la hora de narrar no hizo sino confirmárseme.