lunes, 8 de diciembre de 2014

Alan Moore - V de Vendetta (1988)


Brindemos por todos nuestros terroristas, por todos nuestros bastardos, los más odiosos y los que no podemos perdonar. Bebamos a su salud y que no los veamos nunca más.”

Las has visto por todas partes. Desde fiestas de Halloween hasta en manifestaciones frente al congreso. Pero poca gente sabe realmente cual es el origen de la mascara, solo recuerda la película. O ya ni eso. Guy Fawkes, un católico que quería volar al parlamento inglés y que fue tan odiado que se quemaba su figura cada 5 de noviembre, se ha convertido en el símbolo de las nuevas juventudes anti-sistemas. Lo cuál es bastante irónico. Pero demonios, ¿por qué estoy hablando de mascaras? Porque todos los antisistemas vieron V de Vendetta y alucinaron en colores. Eso sí, muchos no han leído el comic de Alan Moore que es lo que nos ocupa.

¿Cómo sé que no han leído el comic? Sed sinceros ¿Creéis que Alan Moore, uno de los mayores haters del ser humano, iba a elaborar una obra en la que todos unidos vamos a cargarnos al sistema? ¿En serio? No. Para Alan Moore nosotros somos escoria, y sinceramente cada vez creo que tiene razón, y nunca escribiría ese final. Hay más matices en este V. De hecho, puedes verle como un héroe, pero también como un loco asesino, palabra de Alan Moore en una entrevista.


Eve es una pobre chica que intenta sobrevivir prostituyéndose, la primera de las muchas diferencias entre ambas versiones, pero su primer cliente resulta ser un policía que se intenta aprovechar de ella. Pero un hombre enmascarado aparece de la profundidad de la noche y la rescata.

Ese ser, llamado V, se dedica a matar a altos cargos del partido fascista que ahora dirige Inglaterra. No hay moralidad en sus actos y no tiene piedad ni siquiera con nosotros, que nos culpa directamente por nuestra cómplice cobardía. Hasta Eve, su discípula, sufre, porque para anhelar a la libertad tienes que sufrir un infierno.

También hay otras subtramas que añaden nuevos matices a la historia como la de Eric Finch, un policía que investiga los asesinatos de V; Adam Rose, el líder de Inglaterra, enamorado del sistema que ha creado; Rose Almond, una viuda que ve como su vida se ha hundido tras la muerte de su marido; y Helen Heyer una ambiciosa esposa que aspira alcanzar el máximo poder.

Ya desde el prologo, Alan Moore se encuentra pesimista, como si viese en esa Inglaterra totalitaria nuestro futuro. De hecho cada vez avanzamos más en esa línea. Londres está poblado de cámaras que vigilan cada paso. La rebelión de V está llena de ira y aunque recite como si fuese un personaje de Shakespeare, es consciente de la brutalidad de sus actos. Creo que es eso lo que salva al personaje moralmente al personaje, porque aunque pueda ser necesario, al final la violencia no tiene futuro.

El ritmo es perfecto. Lento y afilado como una cuchilla El personaje, quitando a V, que más destaca es Eve, más ingenua que el personaje que encarna Natalie Portman en la película, pero con una evolución y una participación mucho mayor, encarnando mucho protagonismo, casi absoluto, al final.

No me olvido del gran dibujo de David Lloyd, que dedica la obra a los que siguen atentos al telediario. Junto al guión de Alan Moore forma una atmósfera oscura y muy ambigua, en la que por mucha simpatía que tengamos hacia V, ¿él es la respuesta, él es el futuro que nos espera? ¿Héroe o villano? Que decidamos los lectores, que tontos no somos.


¿Tengo que leer esto?: Sí, sin excusas.

¿Mejor momento?: No sabría cuál elegir, porque hay varios momentos brutales. Yo personalmente me quedaría con el capítulo final y la carta de Valerie.

¿Dónde debería leer esto?: Frente al congreso.

Me ha gustado, ¿dónde hay más?: From Hell o Watchmen de Alan Moore. Maravillas también.



1 comentario: