“La guerra es la guerra. No existe una forma
segura de hacerla.”
No me gusta Ken Follett. Es un hecho reconocido. Fui incapaz de pasar de las veinte páginas de Los pilares de la Tierra cuando me lo regalaron (aunque la miniserie la aguanté más). Sus historias me atraen y me resultan interesantes, pero no puedo con su modo de narrar. Es exactamente lo mismo que me ocurre con Galdós, a menudo, o con Martin. Sin embargo, esta vez me ha convencido.
Si
existe hoy en día un nombre asociado de manera indisoluble a la novela
histórica, ese es sin duda el de Ken Follett. Tras una dilatada carrera que
comenzó en los años ’70, la mayor fama le llegó con la publicación de la
ficción medieval Los pilares de la tierra
en 1989, a la que se unió 18 años más tarde una segunda parte, Un mundo sin fin, que le convirtió en un
best-seller sin parangón.