Escribo todo esto bajo una fuerte tensión mental, ya que cuando llegue
la noche habré dejado de existir.
Estas son las palabras con las que H.P. Lovecraft da
comienzo a Dagón, el primero de los relatos de La llamada de Cthulhu y otros cuentos. Debo reconocer que es mi
primer contacto con su obra, a pesar de que tengo como amigo a un fanático del
autor que lleva varios años recomendándome que le eche un vistazo. Bueno, un
mago nunca llega tarde y una crítica menos.
Howard Philip Lovecraft nació el 20 de agosto de 1890 en la
ciudad estadounidense de Providence, perteneciente al estado de Rhode Island. Fue
un precoz niño prodigio pero que vivió aislado del resto la sociedad por culpa de
una madre viuda demasiado protectiva y una salud enfermiza, lo que marcó una
personalidad excéntrica que plasmó en sus relatos. Ni siquiera tras mudarse a
Nueva York y casarse con una comerciante local pudo dejar de ser un inadaptado.
Arruinado y divorciado, volvió a Rhode Island junto a sus tías, donde hizo lo
que mejor sabe hacer un escritor. Convertir sus frustraciones en literatura.